Por: André Soto, Coach en Alto Rendimiento
La semana pasada tomé unos días de vacaciones y recordé la importancia de recargar nuestra energía, de salir del día a día, de reconectar con las personas que queremos y de vivir experiencias únicas. Recordé que descansar no es un premio sino una obligación incluso, una necesidad biológica de nuestro cuerpo.
No sé si coincides conmigo, pero crecemos con la creencia de que descansar es un premio. Tengo en mi memoria a muchas personas hablando de un “merecido descanso”. Pero el descanso lo merecemos siempre, no solo cuando hemos logrado algo o trabajado fuerte.
El pretexto más común que nos ponemos para no descansar es estar muy ocupados, tener muchos pendientes y responsabilidades de trabajo. Yo tengo varios proyectos relevantes en curso y me preocupaba “abandonarlos” por unos días. ¿Sabes qué pasó?… nada. Me preparé para dejar todo listo días antes y aún más importante, comuniqué con claridad a los involucrados que no estaría disponible esos días más que para cosas verdaderamente urgentes. En algunos casos me atreví a sugerir qué temas podrían ser urgentes de verdad para que la otra parte los tuviera claros. El resultado, es que nada urgente sucedió.
Si algo quiero dejarte con este artículo, es que pienses cuándo fue la última vez que te tomaste un descanso, y sea cual sea la respuesta, que pienses cuándo podrías tomar el siguiente. Pon una fecha, y haz todo para que suceda. Deja listo lo que te dé paz en tus responsabilidades y comunica claramente que no vas a estar disponible. Esto no tiene que ser muchos días, puedes ponerlo en práctica un solo día o incluso algunas horas del día. El proceso es el mismo y romper tu creencia de que no es posible es algo que tienes que vencer poco a poco con la práctica.