Por: María C. Belón Fontal, Coach en Alto Rendimiento
La ciberseguridad se ha convertido en un aspecto crítico en todos los ámbitos de nuestra vida. Vayamos a donde vayamos, la tecnología nos acompaña y nos ayuda a realizar muchas tareas de manera más eficiente. Sin embargo, este constante uso de la tecnología también significa que estamos más expuestos a amenazas y riesgos digitales y es importante saber reconocerlos y protegernos de ellos.
Estas son algunas de las amenazas y riesgos más comunes que nos podemos encontrar en el ámbito digital:
- Virus y malware– representan los mayores riesgos cibernéticos a los que estamos expuestos dada la enorme cantidad y variedad de ellos. Estos programas maliciosos pueden infectar nuestros dispositivos, robar información valiosa o dañar nuestros equipos y sistemas.
- Ataques de phishing– suelen ser correos electrónicos o mensajes fraudulentos que engañan al usuario haciéndose pasar por una empresa o servicio legítimo. El objetivo de estos ataques es robar información personal o financiera del usuario.
- Ataques de denegación de servicio (DoS)– buscan saturar los sistemas con una gran cantidad de tráfico, lo que provoca que los sistemas se sobrecarguen y dejen de funcionar. Esto puede afectar a los servicios que se ofrecen, lo que a su vez puede repercutir negativamente a las empresas y a los usuarios que los utilizan.
- Robo y suplantación de identidad– se produce cuando alguien obtiene información personal de otra persona, como el nombre, la dirección, fecha de nacimiento, etc. Con esta información, los delincuentes pueden crear identidades falsas y llevar a cabo actividades ilegales suplantando a la víctima.
- Acceso no autorizado– la falta de control de acceso es una de las mayores vulnerabilidades en la seguridad informática. Una vez que alguien obtiene acceso no autorizado a un sistema su poder destructivo puede ser enorme.
Prepararse para las amenazas digitales implica adoptar una combinación de medidas técnicas, prácticas de seguridad y conciencia sobre el panorama de amenazas en constante evolución. Por eso queremos darte 10 recomendaciones que puedes seguir para prepararte y protegerte de las amenazas digitales:
- En los ordenadores es esencial utilizar tres medidas básicas de seguridad: antivirus, cortafuegos (firewall) y actualizaciones de seguridad. Utiliza, instala y actualiza regularmente los programas antivirus, antimalware y firewalls en tus dispositivos para protegerte contra software malicioso.
- No envíes ni publiques información personal relevante por correo electrónico, mensajería instantánea, redes sociales, formularios de dudosa procedencia y en especial en las ventanas emergentes comerciales (pop-ups). Y sobre todo: ¡Configura adecuadamente la privacidad en las redes sociales! No dejes que la configuración de privacidad por defecto comparta toda tu información sin que estés al tanto de ello.
- En los smartphones y otros dispositivos se puede valorar desactivar la opción de seguimiento del GPS, ya que proporciona información a las aplicaciones sobre nuestra ubicación y permite conocer nuestros hábitos de consumo. Es importante, además, tener en cuenta que los coches con servicios inteligentes (airbag, GPS, sistema de frenado) o las casas inteligentes (luz, calefacción) pueden ser hackeados.
- Utiliza una buena contraseña de como mínimo 6 caracteres que contenga una combinación de letras mayúsculas, minúsculas, números y algún carácter especial. Además, es conveniente que la cambiemos cada cierto tiempo. Considera el uso de la autenticación de dos factores (2FA) donde sea posible, esto añade una capa adicional de seguridad al requerir una segunda forma de verificación.
- No abras mensajes o documentos adjuntos de dudosa procedencia ni accedas a direcciones sospechosas. En los peores casos pueden infectar nuestro dispositivo con virus, transmitir información personal y hasta eliminar o secuestrar el contenido del ordenador. También ten cuidado de robos y estafas por este medio. No hagas clic en enlaces ni descargues archivos adjuntos de correos electrónicos no solicitados o de remitentes desconocidos. Estos pueden ser phishing o contener malware.
- Los menores son los más vulnerables, siendo los peligros más comunes el ciberacoso (ciberbulling), el acoso sexual (grooming) por parte de adultos o el envío de contenidos sexuales explícitos (sexting). Es imprescindible comunicarse con el niño o adolescente, pactar, educar en el uso correcto de las tecnologías y detectar cambios en su comportamiento como ansiedad, estrés, absentismo escolar, disminución del rendimiento académico, etc. También pueden sufrir conductas adictivas frente al consumo masivo y para esto se pueden aprovechar herramientas como los filtros de contenido para supervisar y controlar su consumo
- Respalda regularmente tus datos, realiza copias de seguridad periódicas de tus archivos importantes y almacénalos en un lugar seguro y fuera de línea. Esto te ayudará a recuperar tu información en caso de un ataque de ransomware u otro tipo de incidente.
- Utiliza conexiones seguras, evita conectarte a redes Wi-Fi públicas no seguras para realizar actividades sensibles, como transacciones bancarias o iniciar sesión en cuentas importantes.
- Mantén un ojo en la actividad inusual o sospechosa en tus cuentas y dispositivos. Si notas algo extraño, como accesos no autorizados o comportamientos desconocidos, investiga y desarrolla un plan detallado de respuesta a incidentes que incluya los pasos a seguir en caso de que sufras una violación de seguridad. Esto puede ayudar a minimizar el daño y restaurar la normalidad lo antes posible.
- Si manejas una empresa o datos sensibles, considera trabajar con expertos en ciberseguridad que puedan ayudarte a identificar y mitigar riesgos específicos para tu organización.
Al implementar estas medidas, puedes fortalecer tu postura de seguridad digital y reducir el riesgo de sufrir ataques cibernéticos. Sin embargo, es importante recordar que la seguridad digital es un proceso continuo que requiere vigilancia constante y adaptación a nuevas amenazas.